Peruanos señalan que no apoyan a Alan por provocar a nuestro país.
Popularidad del presidente Alan García disminuye siete puntos en Lima, según sondeo
Último estudio de la Universidad de Lima también registra un 56.1% de desaprobación al nombramiento de Velásquez Quesquén como primer ministro.
El 31.9% de limeños aprueba la gestión del presidente Alan García, el nivel más bajo de aprobación en lo que va del año, según la última encuesta del Grupo de Opinión Pública de la Universidad de Lima en el mes de julio.
El dato revela que García disminuyó siete puntos porcentuales en comparación a junio, donde alcanzó un 38.3%, según la misma entidad.
La desaprobación a García Pérez alcanzó este mes, por contraparte, un 62.3%, la cifra más alta de impopularidad durante su mandato en el 2009.
En la evaluación general, el Gobierno exhibe en julio una aprobación del 34.1% y una desaprobación del 59.4%.
El estudio registra un descenso en la popularidad en cada mes del mandatario, toda vez que en enero alcanzaba 41.7%.
Santiago.- peruanos señalan a los encuestadores y a la prensa que no apoyan a Alan García por hostigamientos a Chile y a Bolivia, además de los problemas internos que sufre continuamente el país cholo. Este es el segundo mandato de este presidente “Corrupto” como señalan algunos medios peruanos, “la gente dio su voto por el mismo delincuente”, señalaron algunos.
Esto demuestra claramente el tipo de gobierno que tiene Alan en el Perú, por eso a veces nos sorprende que diga que la situación del Perú esta mal yo cuando le hecha la culpa a otros países de sus problemas internos.
Según algunos críticos, opositores y la misma opinión personal de las personas, “Alan García entro al gobierno a echar a bajo a otros países”, señalaron como ejemplo al nuestro, Chile, donde señalaron que “desde que había entrado al mandato, siempre en sus charlas señalaba que superarían al país vecino (Chile), por eso la demanda y los hostigamientos del Perú”
Además de esto no olvidemos que pretenden evitar nuestras compras de armas a lo que nosotros como medio opinamos:
¿Alguna vez Perú dio explicaciones o señalo sus compras de armas entre la década de los 70, 80 y 90 cuando ya poseían MIG-29 y Mirages 2000, aviones de última generación?
Recordemos que el Perú ha tenido muchas más guerras, la ultima un enfrentamiento armado, donde Perú peleo por el amazonas con Ecuador, en ese momento no dudo que no compraron armas para enfrentar al enemigo. Además de un año en donde Argentina se enfrento a los británicos y el Perú se hizo aliado a Argentina, señalando que los iban a ayudar, pero ¿ayudando a entrar a espacio Chileno por el norte?
Además señalan que nuestras compras es una carrera armamentista, pero nunca dan las razones del porque ellos creen eso, ¿o solo lo harán por hostigar?
Dudamos mucho porque Donayre, ex militar el cual era calificado de borracho también lo hizo, al igual que Ollanta Humala, quien dijo cuando sea presidente declararía la guerra a Chile y entraría a Arica en un tanque.
La carreras armamentistas para nosotros son competencias con otros países, aquí en Sudamérica hasta ahora no hay ningún país que se arme, pero el Perú através de sus medios señalan que compraran aquí y allá armas para según ellos “enfrentar a Chile”. ¿Porque siempre nos mencionan?
Como dice un escritor:
“Perú no nos está agrediendo: nos está llamando!.” (Rafael Gumucio)
El Perú señala aquí y allá, en el fondo el Perú es un ejemplo de Chile o mas bien esta aspirando a ser Chile
Carta completa de Rafael Gumucio al Perú:
¡Al Abordaje, Muchachos!
Basta de cartas de protesta, de gestiones diplomáticas, de confusas declaraciones: ya sabemos que los peruanos no nos van a entender y, por lo demás, siendo sinceros, no nos interesa que nos entiendan. Hagamos lo que hagamos, siempre les caeremos mal a nuestros vecinos. Por lo mismo, en vez de seguir perdiendo el tiempo, mejor tomemos el toro por las astas: vayamos derechamente a pelear, pero no a favor de nuestra soberanía, sino en contra de la de ellos. Los jaguares no tenemos amigos, así es que volvamos, como en la Guerra del Pacífico, a degollar inocentes y a violar vírgenes en Lima.
Vayamos a la guerra, sin esperar motivos, sin dar explicaciones, ahora mismo. ¿Qué podríamos perder? A lo más, algunos miles de personas, que -según múltiples encuestas- de todas maneras sobran: un pelo de la cola comparado con lo que podríamos ganar.
Nuestras carnes tiemblan de felicidad con sólo imaginar que Mario Vargas Llosa podría convertirse en el mejor prosista chileno y que por fin tendríamos a alguien -como César Vallejo- capaz de dejar callado al parlanchín Neruda. Y también nos quedaríamos con Alfredo Bryce Echenique, con Julio Ramón Ribeyro, con José María Arguedas, a quienes los cholos incultos nos saben apreciar en su real dimensión.
En materia de negocios, seríamos estrictos: qué maravilloso mall podríamos construir en el centro mismo de Machu Picchu, con un cartel gigante del Padre Hurtado en la entrada, con una macro sucursal de Falabella, con música ambiental de Los Jaibas y con un campo de golf con hoyos milenarios. Y podríamos transmitir el Festival de Viña desde Cuzco, con Laura Bozzo como animadora, mientras Cecilia Bolocco, Lucho Jara y Rafael Araneda enviarían despachos a Santiago sobre los extraños gustos gastronómicos de la gente del norte, que, en lugar de alimentarse con mezclas de todo un poco con sabor a detergente, se chupan los bigotes con sus ceviches, sus ajíes de gallina, sus ocopas arequipeñas y sus tacú tacus.
No sé qué estamos esperando. Con unas pocas lecciones, los ricos peruanos podrían enseñarles a los nuestros a hablar correctamente el castellano, y también podrían darles unas charlitas sobre buenas maneras, para que los ejecutivos chilenos dejen de ser esos palurdos que los fines de semana se ponen camisas polo.
Joaquín Lavín ya tendría terreno ganado: su jefa de campaña se expresa con un hermoso acento peruano y su idea de las cárceles-islas encontraría un símil en los presidios que los peruanos tienen en las montañas. Los demás candidatos también se sobarían las manos: Piñera necesita nuevas aerolíneas con las que jugar, la Bachelet más tanques sobre los que desfilar y Hirsch más ilusos a los que venderles su marxismo hippie.
Perú ya es nuestro: está a pocos tiros de fusil de nuestros sueños más ocultos. Dejémosnos de ser paisaje y empecemos a ser imperio. Gritemos una vez más "al abordaje, muchachos". No nos equivoquemos. Perú no nos está agrediendo: nos está llamando.
Rafael Gumucio
jueves, 23 de julio de 2009
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